domingo, 16 de junio de 2013

EJEMPLO 2:COMPRESIÓN INFERENCIAL

COMPRENSIÓN DE LECTURA INFERENCIAL

El nivel de comprensión de lectura denominado inferencial o figurativo consiste en la elaboración de interpretaciones, conjeturas e hipótesis, por parte del lector, con base tanto en la información explícita e implícita como en sus propias intuiciones y experiencias personales (CR, MEP, 2005).

Con ello se ingresa de lleno en el plano connotativo. La connotación es un proceso en el cual se formulan sentidos secundarios, a partir de los contenidos explícitos. Estos segundos sentidos parten del establecimiento de relaciones a lo interno y a lo externo del texto, que siempre deben hallarse justificadas por algún indicio o “marca” textual.

Definicionalmente, es una determinación, una relación, una anáfora, un rasgo que tiene el poder de referirse a menciones anteriores, ulteriores o exteriores, a otros lugares del texto, no hay que restringir en nada esta relación, que puede ser designada de diversas maneras (función o indicio, por ejemplo), siempre que no se confunda connotación y asociación de ideas: ésta remite al sistema de un sujeto mientras que aquélla es una correlación inmanente al texto, a los textos, o si se prefiere, es una asociación operada por el texto sujeto en el interior de su propio sistema.

En esta generación de segundos sentidos que se produce con la lectura connotativa, es necesario considerar los dos factores que, desde una perspectiva transaccional, intervienen activamente en todo proceso lector: por un lado, el texto, en este caso literario, con una serie de “marcas” que conducirán a realizar no una, sino varias posibles lecturas; y por otro lado, el sujeto que lee, en este caso un estudiante de tercer ciclo, quien con base en su experiencia previa con los textos literarios y con otros textos de la cultura, deberá interpretar esos indicios asignándoles un sentido que va más allá de la literalidad pura y simple.

De tal manera, las posibilidades de interpretación dependerán tanto de los indicios textuales como del conocimiento del lector, que lo facultará para establecer relaciones entre aquellos y otros sentidos posibles.
Tómese como ejemplo el cuento de Julio Cortázar (2001) que se titula “Casa tomada”. Es probable que un lector principiante encuentre, en este, una fuerte carga fantástica, que lo lleve a plantear la hipótesis de que las situaciones “extrañas” que se relatan son producidas por fantasmas que habitan la casa, y ello conduzca su lectura del texto. Sin embargo, otros lectores con un manejo de otro tipo de textos, podrían darle a este cuento una interpretación alegórica, relacionándolo con la historia de Adán y Eva y la expulsión del Paraíso; también existe la posibilidad de que haya interpretaciones de corte histórico-social, como que se trata de un retrato de la clase burguesa argentina, o bien, que en el texto se evidencia la amenaza del peronismo; mientras que otros lectores se atreverían a darle una interpretación psicoanalítica, al analizar la relación incestuosa de la pareja de hermanos. En una publicación dirigida a estudiantes de tercer ciclo se ha indicado, en relación con este cuento, lo siguiente:

“…[todas esas interpretaciones] pueden plantearse a partir de lo que dice el texto. Ello nos indica que el texto literario admite múltiples lecturas, pero ¡mucho cuidado! no admite cualquier lectura. La interpretación que le demos a una obra siempre tiene que estar respaldada por elementos tomados del texto mismo.” (Méndez Anchía, 2002)

No resulta coherente, por tanto, lo que se presenta en algunos materiales didácticos en los cuales, para el análisis de los textos literarios, se formula una lista de todos los espacios (o temas) posibles indicados en el programa de estudios (físico, ético, religioso, jurídico, educativo, económico, político, social, ecológico o psicológico) y se justifica la presencia de tales espacios por la simple mención de un elemento particular.





Fuente:Estrategia de Aprendizaje.

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