COMPRENSIÓN DE LECTURA INFERENCIAL
El nivel de comprensión de lectura denominado inferencial o
figurativo consiste en la elaboración de interpretaciones, conjeturas e
hipótesis, por parte del lector, con base tanto en la información explícita e
implícita como en sus propias intuiciones y experiencias personales (CR, MEP,
2005).
Con ello se ingresa de
lleno en el plano connotativo. La connotación es un proceso en el cual se
formulan sentidos secundarios, a partir de los contenidos explícitos. Estos
segundos sentidos parten del establecimiento de relaciones a lo interno y a lo
externo del texto, que siempre deben hallarse justificadas por algún indicio o
“marca” textual.
Definicionalmente,
es una determinación, una relación, una anáfora, un rasgo que tiene el poder de
referirse a menciones anteriores, ulteriores o exteriores, a otros lugares del
texto, no hay que restringir en nada esta relación, que puede ser designada de
diversas maneras (función o indicio, por ejemplo), siempre que no se confunda
connotación y asociación de ideas: ésta remite al sistema de un sujeto mientras
que aquélla es una correlación inmanente al texto, a los textos, o si se
prefiere, es una asociación operada por el texto sujeto en el interior de su
propio sistema.
En esta generación de segundos sentidos que se produce con la
lectura connotativa, es necesario considerar los dos factores que, desde una
perspectiva transaccional, intervienen activamente en todo proceso lector: por
un lado, el texto, en este caso literario, con una serie de “marcas” que
conducirán a realizar no una, sino varias posibles lecturas; y por otro lado,
el sujeto que lee, en este caso un estudiante de tercer ciclo, quien con base
en su experiencia previa con los textos literarios y con otros textos de la cultura,
deberá interpretar esos indicios asignándoles un sentido que va más allá de la
literalidad pura y simple.
De tal manera, las
posibilidades de interpretación dependerán tanto de los indicios textuales como
del conocimiento del lector, que lo facultará para establecer relaciones entre
aquellos y otros sentidos posibles.
Tómese como ejemplo el
cuento de Julio Cortázar (2001) que se titula “Casa tomada”. Es probable que un
lector principiante encuentre, en este, una fuerte carga fantástica, que lo
lleve a plantear la hipótesis de que las situaciones “extrañas” que se relatan
son producidas por fantasmas que habitan la casa, y ello conduzca su lectura
del texto. Sin embargo, otros lectores con un manejo de otro tipo de textos,
podrían darle a este cuento una interpretación alegórica, relacionándolo con la
historia de Adán y Eva y la expulsión del Paraíso; también existe la
posibilidad de que haya interpretaciones de corte histórico-social, como que se
trata de un retrato de la clase burguesa argentina, o bien, que en el texto se
evidencia la amenaza del peronismo; mientras que otros lectores se atreverían a
darle una interpretación psicoanalítica, al analizar la relación incestuosa de
la pareja de hermanos. En una publicación dirigida a estudiantes de tercer ciclo
se ha indicado, en relación con este cuento, lo siguiente:
“…[todas esas
interpretaciones] pueden plantearse a partir de lo que dice el texto. Ello nos
indica que el texto literario admite múltiples lecturas, pero ¡mucho cuidado!
no admite cualquier lectura. La interpretación que le demos a una obra siempre
tiene que estar respaldada por elementos tomados del texto mismo.” (Méndez
Anchía, 2002)
No resulta coherente,
por tanto, lo que se presenta en algunos materiales didácticos en los cuales,
para el análisis de los textos literarios, se formula una lista de todos los
espacios (o temas) posibles indicados en el programa de estudios (físico,
ético, religioso, jurídico, educativo, económico, político, social, ecológico o
psicológico) y se justifica la presencia de tales espacios por la simple
mención de un elemento particular.
Fuente:Estrategia de Aprendizaje.
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